domingo, 14 de febrero de 2010

Artículo revista "Parròquia de tots" Nº 44


¿Qué hacemos con el botellón?
B. Santiago Giner Barberá.
Oficial Jefe de la Policía Local de Vallada


El pasado mes de septiembre el fenómeno del “BOTELLÓN” se convirtió en la “estrella invitada” en todas las tertulias y debates de los distintos medios de comunicación social, a raíz de los incidentes acaecidos en la madrileña localidad de Pozuelo de Alarcón. El resultado de los mismos se saldo con 20 personas detenidas, - 7 de ellos menores –, 10 policías heridos, - 2 de ellos de gravedad –, y una cantidad incuantificable de daños a bienes de uso público. Hay que tener en cuenta que este “fenómeno social de masas” al igual que se desarrolló en Pozuelo, se puede producir en cualquier momento y lugar, y desencadenar en hechos similares a los allí ocurridos.
Ante esta situación cabría analizar: ¿Qué es el botellón, su origen y consecuencias?, ¿qué factores/actores intervienen en su producción?, ¿cómo actuar ante este fenómeno?.
En primer lugar diversos estudios sociológicos, definen el botellón como “reunión masiva de jóvenes de entre 16 y 24 años (hoy en día se empieza a consumir desde los 12/13 años), fundamentalmente, en espacios abiertos de libre acceso, para beber la bebida que han adquirido previamente en comercios, escuchar música, y hablar”. Su origen “se situaría en los años 80 entre jóvenes, que ocasionalmente se reunían para relacionarse en plazas o parques y beber en grupo como alternativa barata al mayor precio de las consumiciones en bares o pubs”. Las consecuencias vienen dadas por “numerosas quejas de ruido a altas horas de la madrugada, suciedad de las vías públicas por los restos de botellas y otros enseres, actos de vandalismo, peleas, restos de micciones y vómitos, debido a la pérdida de control sobre sí mismo producida por los efectos del alcohol. Y sobre todo el adelanto en la edad de ingesta de alcohol”.
Los factores que intervienen en su mayoría son de tipo económico-social, como hemos visto anteriormente, el encarecimiento de las consumiciones en los locales de ocio son una de las causas principales, -tal y como reconocía un empresario del sector en una tertu
lia televisiva hace pocos días-. La facilidad de adquisición de bebidas alcohólicas por parte de los sectores más jóvenes de la sociedad, en los establecimientos de venta. La permisividad y tolerancia de los padres ante este fenómeno, -algunos de ellos facilitan la adquisición de alcohol- con el fin de burlar las escasas medidas de control de los establecimientos, entre otros factores.
Es por ello necesario plantearse que tipo de actuación hay que llevar a cabo, ante este fenómeno para paliar sus consecuencias. Por un lado diversas Comunidades Autónomas entre ellas la Valenciana, han establecido mecanismos legislativos de actuación, estableciendo la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, que legitiman la actuación policial en cuanto a la sanción y decomiso de las mismas. Estableciéndose también mecanismos de control preventivo como medida disuasoria frente al fenómeno del “Botellón”. En cuanto a este tipo de medidas cabría preguntarse ¿son suficientes y eficaces?, no siempre, y en función del momento en que se actúe, consiguiendo en la mayoría de las ocasiones que se traslade de lugar si se actúa preventivamente, o que se produzcan situaciones de riesgo tales como la de Pozuelo si se opta por la disolución del mismo.
Por otro lado cabría contar con la implicación de los establecimientos comerciales y de ocio, que deberían poner toda la carne en el asador a la hora de controlar la venta de bebidas alcohólicas sobre todo a menores, así como un ajuste de los precios de venta al coste real del producto. Así como también habría que apuntar el ofrecimiento de otras alternativas de ocio por parte de las Administraciones Públicas. Y como no, la necesaria implicación de los padres ejerciendo mecanismos de control de que los diferentes tipos de ocio sean adecuados y compatibles con la edad de sus hijos.

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