jueves, 24 de junio de 2010


¿QUÉ ES LA IDELOGÍA DE GÉNERO?

Francesc Xavier Aznar Sala

Teólogo




1. Definición del concepto

Cada vez se difunde más la expresión género, tanto en los medios de comunicación social, como en nuestro lenguaje cotidiano. Tenemos el claro ejemplo del concepto ideología de género que hace referencia lo que significa la violencia doméstica o EN su caso machista. De lo que se trata es de cambiar el concepto género por el de sexo y ello tiene una finalidad muy clara: eliminar la diferenciación sexual o, mejor dicho, sexuada del ser humano. El objetivo a alcanzar es el de diluir la diferencia biológica y cultural entre el hombre y mujer y sustituirlo por el género sexual, por lo que de dos sexos pasaríamos a cinco o seis, es decir: 1) heterosexual masculino; 2) heterosexual femenino; 3) homosexual; 4) lesbianismo; 5) bisexual; y un posible sexto sexo: el transexual o cambio de sexo.

2. Historia o génesis del concepto

En la Conferencia mundial de la ONU sobre la mujer de 1995, celebrada en Pekín, se abordó de lleno la idea de deconstruir la dualidad masculino-femenino; pues ya en 1960 se puso de moda esta ideología como consecuencia de la revolución sexual. Esta idea está inseparablemente unida a la del feminismo radical, donde cada ser humano no vendría determinado por el aspecto biológico y genital; es decir, nadie nacería varón o hembra, sino que elegiría su propio sexo a posteriori de entre cinco sexos posibles, como ya hemos visto aguas arriba. Para esta ideología la naturaleza biológica sería un dato, en absoluto determinante; pues el sexo tradicionalmente ha sido un constructo social frente al cual se debería luchar, pues serían roles impuesto a posteriori a chicos y chicas que determinarían su conducta. Por ejemplo, a un niño no habría que darle un balón, ni a una niña una muñeca, sino que deberían ser educados a modo unisex, tanto en el juego como en el vestido. Los feministas radicales lo que pretenden es deconstruir los roles sociales en el terreno sexual, pues consideran que la mujer ha sido injustamente tratada y por ello esclavizada. La mujer –según dicen- para salir de la opresión a la que ha sido sometida, debería desembarazarse del matrimonio y la maternidad, pues ello son causas de opresión. Para ello se ha legalizado el aborto y las uniones de hecho. Se trata –según piensan- de crear un mundo libre, donde quede excluido el matrimonio, la maternidad y la familia. Esta ideología es actualmente respaldada por la ONU, numerosas ONG y las series de televisivas en España, por no decir del gobierno actual. E definitiva, como han acertado a entender muy bien numerosos sociólogos, la vieja lucha de clases socialista que fracasó en la extinta Unión Soviética, se ha trasladado ahora al terreno de la sexualidad entre el hombre y la mujer.

3. Contra la familia y la religión

La familia y el trabajo del hogar resultarían ser una carga que afectaría al desarrollo profesional de la mujer, y, para ello, habría que deconstruir la realidad o institución familiar para buscar nuevas relaciones afectivas. Para que se dé este cambio es necesario meter mano a la educación, como afirmó en su discurso la presidenta de Islandia Jóhanna Sigurdardóttir. Se trata de una conocida lesbiana que en los años sesenta y setenta asumió un papel pionero en la lucha por la igualdad de sexos. Según Jóhanna Sigurdardóttir “la religión es un invento del hombre para oprimir a la mujer”, todo ello se traduce en un ataque frontal al Vaticano. La famosa asignatura EpC, que tanto debate suscitó en nuestra sociedad, tiene de forma latente este tipo de ideología, por lo que, al meterse en el terreno de las costumbres, atentaría contra la libertad de enseñanza que un padre tiene sobre sus hijos.

4. Visión cristiana de la diferencia sexual

Dios quiere que los esposos constituyan una alianza de amor indisoluble que dure todos los días de su vida en la tierra. La Iglesia se siente hoy especialmente impulsada a subrayar el valor inestimable del matrimonio vivido tal como Cristo lo predicó. De forma muy clara, en la exhortación post-sinodal Familiaris consortio (n. 20) Juan Pablo II manifiesta: «Es deber fundamental de la Iglesia reafirmar con fuerza la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio. A cuantos en nuestros días consideran difícil o incluso imposible vincularse a una persona para toda la vida y a cuantos son arrastrados por una cultura que rechaza la indisolubilidad matrimonial y se mofa abiertamente del compromiso de los esposos a la fidelidad, es necesario repetir el buen anuncio de la perennidad del amor conyugal, que tiene en Cristo su fundamento y su fuerza». Los cristianos, si lo somos, estamos obligados a hacer patente con nuestra vida un modelo de hombre y de amor conyugal a imagen de Dios, de modo que todo aquél que lo vea reciba noticias del amor de Dios hacia sus vidas.